Blog: La mejor pensión, una buena inversión
6 abr 2018
La inversión en bienes inmuebles como refugio del inversor seguro.
Las decisiones políticas en materia económica y pensiones no apuntan soluciones que nos hagan ver un futuro medianamente claro para la sostenibilidad del sistema de pensiones actual. El año 2017 cerró con 2,2 cotizantes por cada pensionista y el cambio demográfico con la inversión de la pirámide de población, el bajo índice de natalidad y la tasa de paro actual nos hacen vislumbrar un futuro complejo en el que cada año se incrementa el gasto en pensiones y si no hay una reversión significativa de las tendencias actuales podría llegar a ser insostenible.
Fuente: populationpyramid.net
Con este panorama de incertidumbre, la solución para nuestra pensión debemos buscarla más allá del sistema público de pensiones que no depende de nosotros y que no podemos controlar. Las soluciones que están en nuestra mano son las que pueden complementar nuestra futura pensión, y una de las más seguras es la adquisición de un bien inmueble con una perspectiva de inversión a largo plazo.
La inversión en bienes inmuebles es el refugio del inversor conservador desde siempre. El primer objetivo al adquirir un bien inmueble con perspectiva de inversión a largo plazo es dormir tranquilo, tener tranquilidad como propietario; y el segundo, que se reciba una rentabilidad razonable.
Al adquirir un inmueble con perspectiva de inversión a largo plazo, sabemos que si gestionamos bien, filtrando y alquilándolo a un inquilino que aporte las garantías adecuadas, obtendremos una rentabilidad que sumaremos a las obtenidas a la venta del inmueble por su revalorización y en cualquier caso, siempre tendremos el bien físico que es el propio inmueble. Esto, por contraposición a productos financieros que son anotaciones en cuenta, como depósitos, fondos de inversión o acciones, que pueden bajar o incluso perder todo su valor. Cuanto menos, por todos es sabido de los inconvenientes que nos ponen las entidades financieras para recuperar nuestra inversión cuando decidimos retirarla con otro destino, si no nos llevamos la sorpresa de que se ha visto reducida o incluso que se ha convertido en nada. Además, al salirnos de los depósitos a plazo fijo o cuentas de ahorro, las inversiones financieras se alejan del conocimiento de la mayoría y están en manos de otros que deciden por nosotros.
Tener paralizados nuestros ahorros en productos financieros de baja o nula rentabilidad o alto riesgo, nos hace perder cada día poder adquisitivo además del riesgo que estamos corriendo. Si somos previsores y dirigimos nuestros ahorros a la adquisición de un bien inmueble, cuanto antes pongamos en marcha nuestra inversión, antes comenzará a generar rentabilidad. La adquisición de un bien inmueble como inversión a largo plazo será el complemento a nuestra pensión e incluso puede ser una cantidad suficiente por sí misma para cubrir nuestras necesidades económicas una vez jubilados. Tenemos motivos para empezar cuanto antes.