Blog: El valor de la inversión inmobiliaria
2 dic 2021
Los inmuebles son el mayor activo de inversión a nivel mundial. Los edificios, las fincas, son reales y permanecen. La realidad física y la durabilidad de una edificación bien hecha aporta una certidumbre, estabilidad, confianza y seguridad a la inversión inmobiliaria imbatible respecto al resto de inversiones.
Otras inversiones pueden ser reales y tangibles, como industrias con máquinas en líneas de fabricación o almacenes con productos en una estantería, ... pero ni perduran largos periodos de tiempo, ni mantienen su valor intrínseco, ni todo el mundo los necesita, ... Y no vamos a hablar aquí de las inversiones en activos financieros que sólo son un documento con una cifra escrita como la cantidad que tú entregas como inversión con una promesa de devolución en un período de tiempo, y otra cifra asociada a un pago de intereses, y que todo pasa por que al final te devuelvan tu inversión, o no.
La inversión inmobiliaria, ya lo dice la palabra, es inamovible, no se la puede llevar nadie y desaparecer.
La inversión inmobiliaria te aporta como contraprestación al precio un valor permanente, permanente en la medida en que una buena edificación con un mantenimiento adecuado tiene una vida útil de hasta centenares de años.
La seguridad que aporta la realidad física que hay detrás de las inversiones inmobiliarias es imbatible.
El valor y la garantía de un inmueble van unidos a él, así un inmueble de calidad mantendrá su valor siempre más allá del precio de un momento determinado.
La inversión en bienes inmuebles es el refugio del inversor conservador desde siempre. El primer objetivo al adquirir un bien inmueble con perspectiva de inversión a largo plazo es dormir tranquilo, tener tranquilidad como propietario, y el segundo que se reciba una rentabilidad razonable
Con la adquisición de un bien inmueble siempre tienes un bien físico, que es tu inmueble, por contraposición a otras formas de ahorro como acciones, fondos de inversión y de pensiones, que son anotaciones en cuenta que pueden perder todo su valor o dar casi nula rentabilidad cuando son demasiado seguros.
Tener paralizados nuestros ahorros en productos financieros de baja o nula rentabilidad o alto riesgo, nos hace perder cada día poder adquisitivo además del riesgo que estamos corriendo. Si somos previsores y dirigimos nuestros ahorros a la adquisición de un bien inmueble, cuanto antes pongamos en marcha nuestra inversión, antes comenzará a generar rentabilidad.